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06-12-2008

 

Jorge Croce 

 

¿Estamos jugando "pa' perder"?

 

La República

Movimiento "20 de Mayo" - Frente Amplio del Pueblo

Los lectores recordarán la polvareda desatada en la interna de su club, cuando el polémico JR le hizo un gol al cuadro contra el que jugaba, y como resultado de ello, se clasificó campeón el archirrival (y glorioso) Peñarol.


Hubo una cantidad de hinchas que se lo querían comer. Entendían legítimo que su cuadro jugara "a perder", pues era más importante, para ellos, que no se clasificara el eterno rival, que llevarse con honor, los dos puntos.


Esto viene a colación, en el sentido de que no siempre las cosas son tan sencillas como parecen. Lo lógico, en toda contienda es "jugar a ganar". Pero a veces, la lógica queda de lado, y otros intereses, más o menos ocultos, llevan a tirar "pa'atrás", por móviles a veces inimaginables. Voy directo al grano. El tema de la ley de educación.


El gobierno puso entre sus metas, aprobar una ley de reforma educacional, que a todas luces, se veía como necesaria. Para ello, coincidiendo con su declarativa política, impulsó un debate entre los directamente involucrados en el tema. Fue el Congreso de Educación Maestro Julio Castro. Este organismo llegó a conclusiones importantes, plasmadas en un documento escrito. Hasta ahí, todo bien. Pero inmediatamente, se entrevió que la visión que tenía el gobierno sobre el particular, no coincidía en algunos puntos fundamentales, con las conclusiones de los involucrados, convocados especialmente a tal efecto.


Y apareció sobre la mesa, de la mano del ex ministro Brovetto, un proyecto sustancialmente diferente del elaborado por el Congreso citado. Paralelamente el atraso del cronograma de dicho proyecto, se largó, prematuramente, la campaña electoral. El gobierno decide apurar la definición, en medio del desconcierto de los frenteamplistas de "a pie" y del enfrentamiento con las gremiales de profesores y maestros.


Una Comisión nombrada en el último Congreso del FA, quedó encargada de "revisar" el proyecto del gobierno y sugerir cambios que se supone, para mejorarlo. En esa Comisión participa una compañera que asume la representación directa de las bases. En los contactos para "emprolijar" el proyecto, se le solicita a dicha compañera que no informe a sus designatarios, para evitar, según se dijo, el problema de "filtraciones" a la prensa. Así lo hace. En definitiva, como corolario del apurón, se fija fecha para tratar en el Parlamento el proyecto, sin que las bases hayan tenido la mínima y elemental información del tema y mucho menos, el tiempo necesario para procesarla correctamente. Hasta tal extremo que, con la oposición verbal de la delegación de bases, plasmada luego en una tibia abstención, la Mesa Política resuelve dar "carta blanca" a los legisladores para comenzar a tratar el tema, en momento en que las bases no habían recibido aún la información del proyecto "mejorado". El jueves 20 del cte. se entregó un ejemplar del proyecto a considerar, en los comités de base. Con la obligación de fotocopiarlo, distribuirlo, leerlo con la concentración que el tema merece, y discutirlo para tener posición antes del miércoles 26, dado que el día siguiente, habría una M/P extraordinaria para fijar posición. Cosa de locos. Con total conocimiento de causa digo que hubo consenso en las bases en el sentido de que el tiempo adjudicado, como se ha hecho costumbre, era totalmente insuficiente para tratar un tema de esa importancia. Como igualmente se decidió tomar posición para llevar a la "M/P urgente", se pudo ver el siguiente y lógico panorama.


-Una tercera parte de los compañeros estuvo dispuesta a apoyar el proyecto con las modificaciones sugeridas por la Comisión nombrada a tales efectos por el Congreso del FA. (No olvidemos que en las "bases" hay compañeros válidamente afiliados a grupos políticos "oficialistas", y además, delegados directos de esos grupos en la Coordinadora, a los que les "pesa la camiseta").


-Otra tercera parte dispuesta a votar en contra del proyecto, por motivos diversos: falta de tiempo para considerarlo seriamente y/o metodología usada y carencias en su contenido.


-Otra tercera parte se abstuvo, por no traer posición, por no haberlo podido ni siquiera conocer mínimamente. Pero hubo consenso, sí, en una cosa fundamental: que era absolutamente inoportuno, elevar ese proyecto en este momento político, en las condiciones citadas, con el revuelo de los sindicatos de actitud intransigente de grupos frentistas, para forzar un consenso en el Congreso, a todas luces imposible, con el único objetivo de impedir una definición en las internas, que los pudiera perjudicar electoralmente.


Si pensamos un momento en el encadenamiento y aceleración de estos acontecimientos políticamente cuasi suicidas, nos es válido preguntarnos, como en el título de esta nota ¿Estamos jugando pa'perder?


Si tu respuesta fuera sí, queda en tus manos desentrañar cuál es el motivo real y final de tantos desaciertos en cadena.


 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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